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miércoles, 12 de junio de 2013

¡Sol! ¡Sol! ¡Sol!

Aunque ya empezábamos a dudarlo, ya está aquí el buen tiempo... Ha llegado el momento de quitarse panties y manga larga y empezar a lucir piel... Pero, después del invierno, nuestra piel no luce bronceada, sino "blanca nuclear".
Si, como yo, eres enemiga de las cabinas de rayos UVA y de los autobronceadores que te hacen parecer a Naranjito, lo mejor es armarse de un buen protector solar, unas gafas de sol y una pamela fashion y empezar a ponerse bajo los rayos de sol inmediatamente.
Una vez que la piel ha empezado a dorarse, hay un producto imprescindible para mí y al que no me resisto verano tras verano, se trata del Huile Divine Pailletée de Sephora,un aceite iluminador del bronceado que se usa después de la ducha (OJO, no sirve para la playa ni la piscina, porque no tiene SPF).


Sus principales ventajas son su olor (riquísimo, como a praliné, dan ganas de comérselo directamente) y que al ser un aceite seco. una vez aplicado no mancha la ropa pero que deja la piel fabulosa, aunque sólo esté ligeramente bronceada. Eso sí, advierto que tiene unos brillitos que yo encuentro la mar de favorecedores pero que muchas detestarán...
Queda genial en las piernas y en el escote, sobre todo para las noches veraniegas ya que, a pesar de los brillos que menciono, deja un aspecto bastante natural y favorecedor.
Su formato spray es muy práctico y cómodo y su precio es razonable: 12 euros en Sephora.

1 comentario:

  1. Vaya, pues yo que nunca me llego ni a dorar, no creo que amortizara esto... :-(

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